sábado, 20 de agosto de 2011

LAUROS PARA ESTE GRAN POETA




Por el Dr.Juan A. Varillas Alzamora

EL GRAN POETA Y DRAMATURGO:
BREVE BIOGRAFIA

Miguel Hernández Gilabert (Orihuela, 30 de octubre de 1910 – Alicante, 28 de marzo de 1942) fue un poeta y dramaturgo de especial relevancia en la literatura española del siglo XX. Aunque tradicionalmente se le ha encuadrado en la generación del 36, Miguel Hernández mantuvo una mayor proximidad con la generación anterior hasta el punto de ser considerado por Dámaso Alonso como «genial epígono de la generación del 27».


…. Dentro de los Grandes de las Poesías; El Director Gerente de esta Consultoría es admirador de Miguel Hernández Gilabert, autor de El Rayo Que No Cesa, El Labrador de mas aire, Viento del Pueblo (Poesía en la Guerra), etc. Se dice que este gran dramaturgo y poeta, fue discípulo de Pablo Neruda, (Gran poeta Chileno), tanto así que después de haber sido un gran conservador y fervoroso católico, abandono el Rosario para empuñar las armas a favor de la Revolución en España, llegando a participar en el 5to regimiento Republicano, luego fué capturado por los Fascistas, llegando a ser sentenciado, en un juicio plegado de abusos y Arbitrariedades con la máxima pena capital, sin embargo, el Obispo León de la diócesis de Orihuela, interpuso sus buenos oficios para abogar por él, conmutándosele la pena por 30 años de prisión, que no llegó a cumplir ya que murió en el Reformatorio de Adultos de Alicante un 28 de marzo de 1942 a los 31 años de edad, de TBC, Posteriormente su condena quedo anulada por la Ley de memoria Histórica ya que este juicio fue netamente de ideales políticos por la cual fue declarado injusto e ilegitimo.

POBRE FLOR
Pobre flor que mal naciste.....
que triste fue tu suerte.

El primer paso que diste........
te encontraste con la muerte.

El dejarte es cosa triste.......
el cortarte es cosa fuerte.

El dejarte con la vida es............
dejarte con la muerte.

COMENTARIOS DE PABLO NERUDA
Recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo a plena luz, es un deber de España, un deber de amor. Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de Orihuela cuya estatua se levantará algún día entre los azahares de su dormida tierra. No tenía Miguel la luz cenital del Sur como los poetas rectilíneos de Andalucía sino una luz de tierra, de mañana pedregosa, luz espesa de panal despertando. Con esta materia dura como el oro, viva como la sangre, trazó su poesía duradera. ¡Y éste fue el hombre que aquel momento de España desterró a la sombra! ¡Nos toca ahora y siempre sacarlo de su cárcel mortal, iluminarlo con su valentía y su martirio, enseñarlo como ejemplo de corazón purísimo! ¡Darle la luz! ¡Dársela a golpes de recuerdo, a paletadas de claridad que lo revelen, arcángel de una gloria terrestre que cayó en la noche armado con la espada de la luz!

Pablo Neruda

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